Una malla antipájaros es un tipo de red diseñada para proteger cultivos, árboles frutales, jardines y otras áreas agrícolas o residenciales de aves y otros animales no deseados. Está hecha típicamente de materiales resistentes y ligeros, como polietileno o nylon, que son duraderos y pueden soportar las condiciones climáticas.

Estas mallas suelen tener pequeños agujeros que son lo suficientemente pequeños para evitar que las aves pasen a través de ellas, pero lo bastante grandes para permitir la circulación del aire y la entrada de luz solar necesaria para el crecimiento de las plantas. Vienen en una variedad de tamaños y colores para adaptarse a diferentes necesidades y entornos.

La instalación de una malla antipájaros suele implicar fijarla sobre estructuras de soporte, como postes, para crear una barrera física que impida el acceso de aves y otros animales.

Además de proteger los cultivos de la depredación de aves, estas mallas también pueden ayudar a prevenir daños causados por el excremento de aves, reducir el riesgo de transmisión de enfermedades y minimizar la necesidad de utilizar medidas de control de plagas más agresivas.